Sobrepeso y obesidad Obesidad infantil
La obesidad infantil es un problema cada vez más grave en los Estados Unidos. Casi 1 de cada 5 niños tiene obesidad. Los niños con obesidad son más propensos a desarrollar otros problemas de salud graves, como enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2. También son más propensos a sufrir ansiedad, depresión y baja autoestima.
La obesidad afecta de manera diferente a los niños de distintos orígenes. Alrededor de 1 de cada 4 niños negros hispanos y no hispanos tiene obesidad. Eso es un problema para los padres porque tratar el peso del niño a menudo implica hacer cambios en el estilo de vida de toda la familia.
Prevención
Todos los niños deben ver a un proveedor de atención médica una vez al año para un chequeo de salud que incluye el monitoreo del peso y el cálculo de los percentiles de índice de masa corporal (IMC). Algunas de las mejores maneras de prevenir la obesidad infantil son: (en inglés)
- Elegir y preparar alimentos saludables bajos en grasas y que tengan menos calorías. Use esta guía (en inglés) (PDF, 136 KB) para ayudar a su familia con elecciones inteligentes de los alimentos.
- Hacer actividad física con regularidad. Sus hijos deben hacer al menos 60 minutos de actividad física por día. Vea más información sobre cómo ayudarlos a estar activos (en inglés) todos los días.
- Reducir el tiempo frente a la pantalla. Trate de limitar el tiempo frente a la pantalla (en inglés) en casa a 2 horas o menos por día.
- Dormir suficientes horas de sueño de calidad. Investigaciones del NHLBI (en inglés) han mostrado una relación entre la falta de sueño y la obesidad que comienza ya en la infancia. Vea las horas recomendadas para niños a cada edad.
Factores de riesgo
Los investigadores están de acuerdo en que los niños heredan , el plano de nuestro cuerpo, que los vuelven más propensos a tener obesidad. Sin embargo, el riesgo genético no da cuenta del aumento de la obesidad infantil observado en los últimos años. La comunidad en la que vive un niño también influye en su peso, ya que la comunidad puede influir en la capacidad de la familia de hacer elecciones saludables. Por ejemplo, las frutas y verduras frescas pueden ser difíciles de conseguir, los caminos sin aceras pueden llevar a que sea inseguro salir a caminar para hacer ejercicio o es posible que en las escuelas no haya opciones de comidas saludables.
Sin embargo, la mayoría de los padres tienen cierto control sobre otros factores de riesgo que aumentan el riesgo de que un niño tenga obesidad. Estos incluyen:
- comer una dieta con muchas calorías y pocos nutrientes;
- no tener suficientes horas de sueño de calidad;
- pasar demasiado tiempo frente a una pantalla;
- hacer muy poca actividad física;
- estrés personal o familiar o trauma.
El IMC en los niños
El IMC se usa para determinar si el peso de su hijo coincide con los criterios de sobrepeso u obesidad. Se compara con tablas de crecimiento para niños que tienen la misma edad y el mismo sexo que su hijo.
Para saber cuál es el percentil de su hijo, use la Calculadora del percentil del IMC para niños y adolescentes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
- Bajo peso corresponde a un IMC por debajo del percentil 5.
- Peso saludable corresponde a un IMC entre el percentil 5 y el percentil 85.
- Sobrepeso corresponde a un IMC entre el percentil 85 y el percentil 95.
- Obesidad corresponde a un IMC por encima del percentil 95.
Tratamiento
El proveedor de su hijo monitoreará el IMC del niño y la salud general durante las visitas periódicas. Tal vez el proveedor le comenté cambios para un estilo de vida saludable que pueden hacer en la familia. Si el peso de su hijo no responde a los cambios, el proveedor de su hijo tal vez recomiende medicamentos.
La buena noticia para los padres es que la obesidad infantil es reversible. Incluso un pequeño descenso del peso puede tener un impacto positivo en la salud actual y el riesgo futuro de desarrollar problemas de salud. La clave es aprender los aspectos básicos para mantener un peso saludable, buscar recursos en la comunidad y procurar la atención médica y mental que su hijo necesite.