Accidente cerebrovascular
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Accidente cerebrovascular

Accidente cerebrovascular Síntomas

A menudo, los síntomas de un accidente cerebrovascular (ACV) se producen rápidamente. Sin embargo, pueden surgir a lo largo de horas o incluso días. Esto ocurre a veces cuando un ataque isquémico transitorio (AIT), en el que un tapón en una arteria cerebral se disuelve antes de que se produzca daño en el cerebro, se convierte en un ACV.

Los síntomas dependen del tipo de ACV y de la zona del cerebro que se vea afectada.

Esta animación menciona los síntomas del accidente cerebrovascular, que también se describen más abajo. Medical Animation Copyright © 2023 Nucleus Medical Media, Todos los derechos reservados.

Los síntomas de un AIT o de un ACV pueden incluir:

  • confusión repentina o dificultad para hablar o para entender lo que se le dice
  • adormecimiento, debilidad o pérdida de sensibilidad que ocurre de repente, especialmente en un lado del cuerpo
  • dolor de cabeza repentino e intenso sin causa conocida
  • problemas repentinos para ver con un ojo o con ambos
  • dificultad repentina para caminar, mareo o pérdida del equilibrio o la coordinación

La prueba FAST puede ayudarle a recordar qué hacer si cree que una persona puede estar sufriendo un ACV.

  • F — Face (cara): Pídale que sonría. ¿Hay un lado de la cara más caído?
  • A — Arms (brazos): Pídale que levante ambos brazos. ¿Hay un brazo que se desvía hacia abajo?
  • S — Speech (habla): Pídale que repita una frase simple. ¿Habla arrastrando las palabras o dice algo extraño?
  • T — Time (tiempo): Si observa cualquiera de estos síntomas, llame al 9-1-1 de inmediato. El tratamiento temprano es esencial.

Si piensa que usted u otra persona puede estar sufriendo un AIT o un ACV, no maneje ni permita que alguien más lo lleve en auto al hospital. Llame a una ambulancia para que el personal médico pueda comenzar el tratamiento que puede salvarle la vida mientras se dirige a la sala de urgencias. Durante un ACV, cada minuto cuenta.

Complicaciones

Un ACV puede causar daño cerebral duradero, discapacidad a largo plazo o la muerte. Cuando se produce un ACV, un proveedor de atención médica podría evaluar su gravedad. Un ACV grave implica más daño cerebral. Si el daño es extenso, es posible que su proveedor lo califique como un ictus masivo. Esto indicaría que es posible que tenga complicaciones serias.

Después de un ACV se pueden producir complicaciones.

  • Pueden formarse coágulos de sangre peligrosos. No poder moverse durante un periodo largo de tiempo puede aumentar su riesgo de producir coágulos de sangre en las venas profundas de las piernas. En algunos casos, pueden desprenderse coágulos y desplazarse hasta los pulmones. Es posible que su equipo especializado en ACV intente prevenir estas complicaciones con medicamentos o con un dispositivo que ejerce presión en las pantorrillas para ayudar a la sangre a circular.
  • Puede producirse la pérdida del control de la vejiga o el intestino. Algunos ACV afectan al control de los músculos que se necesitan para orinar y para las deposiciones. Es posible que necesite una sonda urinaria (un tubo que se coloca en la vejiga) hasta que pueda orinar sin ayuda. El uso de esta sonda, o catéter, puede dar lugar a infecciones de las vías urinarias. También es posible que pierda el control intestinal o que tenga estreñimiento.
  • También es común perder densidad ósea, o fuerza en los huesos. Esto habitualmente ocurre en un lado del cuerpo. Hacer ejercicio físico como parte de la rehabilitación puede ayudar a prevenir esta pérdida. Es posible que su proveedor lo evalúe para detectar osteoporosis.
  • Es posible que tenga debilidad muscular o que no pueda moverse. Un ACV puede hacer que los músculos se vuelvan débiles y rígidos o puede provocar espasmos musculares. Puede ser doloroso y puede darle problemas para ponerse de pie o caminar sin ayuda. Es posible que también tenga difficultades para mantener el equilibrio o para controlar los músculos. Esto lo pone en riesgo de sufrir una caída.
  • Los problemas con el lenguaje, el pensamiento o la memoria son otra posible complicación. Un ACV puede afectar a su capacidad para concentrarse en una tarea o para tomar decisiones rápidamente. También aumenta el riesgo de demencia.
  • Pueden producirse convulsiones. Esto es más común en las semanas siguientes al ACV y las probabilidades disminuyen a medida que pasa el tiempo. Si tiene convulsiones, el equipo especializado en ACV quizás intente controlarlas con medicamentos.
  • También es posible que se produzca hinchazón en el cerebro. Después de un ACV, puede acumularse líquido entre el cerebro y el cráneo o en las cavidades del cerebro, lo que provoca hinchazón. Es possible que sus proveedores drenen el líquido del cerebro o abran un corte en el cráneo para reducir la presión del líquido sobre el cerebro.
  • Puede producirse la pérdida de la vista, el oído o el tacto. Un ACV podría afectar a su capacidad para sentir dolor o percibir la temperatura, y es posible que no oiga o vea tan bien como antes. Algunos de estos cambios podrían afectar a su capacidad para cocinar, leer, cambiarse de ropa o hacer otras tareas.
  • Podría tener problemas al tragar y padecer una neumonía. Si un ACV afecta al control de los músculos necesarios para tragar (deglutir), es posible que tenga dificultades para comer o beber. También podría estar en riesgo de inhalar (aspirar) alimentos o bebidas hacia los pulmones. Esto podría producirle una neumonía.
  • Es posible que tenga dificultades para hablar. Si un ACV afecta al control de los músculos que se utilizan para hablar, podría tener dificultades para comunicarse con la misma facilidad que antes.
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