Accidente cerebrovascular
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Accidente cerebrovascular

Accidente cerebrovascular Recuperación

La recuperación de un accidente cerebrovascular (ACV) puede llevar semanas, meses o incluso años. Algunas personas se recuperan por completo, mientras que otras tienen discapacidades de larga duración o para toda la vida. Los proveedores de atención médica que se especializan en ACV trabajarán con usted para gestionar sus cuidados. Es posible que vea a especialistas en neurología (cerebro, médula espinal y nervios), rehabilitación o salud mental. También deberá tomar medidas para prevenir otro ACV y estar atento a posibles complicaciones de su ACV a largo plazo. Llame al 9-1-1 si tiene cualquier síntoma de otro ACV.

Controle su afección

Es importante que reciba atención médica con regularidad después de un ACV. Cumpla el plan de tratamiento y hable con su proveedor de atención médica sobre la frecuencia con que debe programar consultas.

  • Hable con su proveedor de atención médica sobre el grado de atención que necesita. Algunas personas regresan al hogar después de salir del hospital. Otras reciben atención continuada en otros centros.
  • Tome todos los medicamentos según lo recetado. Si los cambios cardiosaludables en su estilo de vida no son suficientes, es posible que su proveedor le recomiende medicamentos para controlar la presión arterial alta o el colesterol. Quizás también recomiende aspirina u otros medicamentos para prevenir la formación de coágulos peligrosos que podrían producir otro ACV. No altere las cantidades de su medicamento ni se salte una dosis sin hablar primero con su proveedor.

Rehabilitación

Después de un ACV, quizás necesite rehabilitación para ayudar con su recuperación. La rehabilitación puede incluir trabajar con logopedas (terapeutas del habla y del lenguaje), fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales. Su proveedor de atención médica también podrá recomendarle medicamentos para tratar el dolor, los espasmos musculares u otros problemas.

  • Problemas de la vejiga y el intestino: Un ACV puede afectar a los músculos y nervios que controlan la vejiga y los intestinos. Es posible que sienta deseos de orinar a menudo, incluso cuando la vejiga no esté llena. Quizás no pueda ir al baño a tiempo. Los medicamentos y un especialista en vejiga o en intestinos pueden ayudar a lidiar con estos problemas.
  • Problemas con el lenguaje, el habla y la memoria: Es posible que después de un ACV tenga dificultades para comunicarse. Quizás no pueda encontrar las palabras correctas, formar oraciones o unir palabras de manera que tengan sentido. Es posible también que tenga problemas de memoria y que le cueste pensar con claridad. Estos problemas pueden ser muy frustrantes. Los terapeutas del habla y del lenguaje (logopedas) pueden ayudar a que aprenda formas para comunicarse nuevamente y a que mejore su memoria.
  • Problemas musculares y nerviosos: Un ACV puede afectar solo a un lado del cuerpo o a parte de un lado. Puede causar debilidad o parálisis muscular, lo que puede aumentar su riesgo de sufrir caídas. Es común tener dificultades para usar las manos, los brazos y los dedos, y el entrenamiento puede ayudar si ya no puede caminar con facilidad. Los fisioterapeutas y los terapeutas ocupacionales pueden ayudar a fortalecer y estirar los músculos. También pueden ayudar a volver a aprender cómo realizar tareas cotidianas como vestirse, comer y bañarse.
  • Problemas para tragar y comer: Es posible que después de un ACV tenga dificultades para tragar (deglutir). Quizá note que tose o se ahoga mientras come o que elimina los alimentos con la tos después de comer. Un terapeuta del habla (logopeda) puede ayudar si tiene estos problemas. Quizás le sugiera cambios en sus hábitos de alimentación, como cortar los alimentos en trozos pequeños o beber líquidos espesos.

Los bastones, las abrazaderas, las barras de sujeción, los utensilios especiales para comer, las sillas de ruedas y otros dispositivos pueden facilitar que siga con sus actividades habituales después de un ACV.

Cuide la salud mental

Después de un ACV, es posible que note cambios en su conducta o en su razonamiento. Por ejemplo, quizá su estado de humor cambie rápidamente. Estos y otros cambios pueden hacer que sienta miedo, ansiedad y depresión. La recuperación de un ACV puede ser lenta y frustrante. Algunas personas presentan síntomas de trastorno de estrés postraumático y trastornos psicóticos, como alucinaciones, delirios y habla desorganizada.

Hable sobre cómo se siente con su proveedor de atención médica. Es posible que su proveedor le sugiera medidas que puede tomar para sentirse mejor.

  • Unirse a un grupo de apoyo para pacientes puede ayudarlo a adaptarse a la vida después de un ACV. Podrá ver cómo otras personas llevan síntomas similares y viven con su afección. Hable con su proveedor acerca de los grupos de apoyo en su área o consulte con un centro médico de la zona.
  • Algunos medicamentos, como los antidepresivos, u otros tratamientos pueden mejorar su calidad de vida.
  • El apoyo de familiares y amigos puede ayudar a disminuir el estrés y la ansiedad. Deje que sus seres queridos sepan cómo se siente y qué pueden hacer para ayudar.

Prevenir otro evento

Su proveedor de atención médica posiblemente hable con usted sobre estrategias para ayudar a prevenir otro ACV. Esto dependerá de la causa de su primer ACV.

  • Endarterectomía carotídea: Esta cirugía elimina la placa acumulada en el interior de la arteria carótida en el cuello si tiene la enfermedad de las arterias carótidas.
  • Medicamentos o cirugía para una afección cardíaca: Los diluyentes de la sangre pueden ayudar a disminuir el riesgo de sufrir otro ACV por una fibrilación auricular. El tratamiento con estatinas ha demostrado proteger contra el ACV, pero no se debe utilizar en mujeres embarazadas. Si tiene una cardiopatía congénita que facilita el desplazamiento de coágulos de sangre hasta el cerebro, su proveedor posiblemente le sugiera una cirugía para corregir el problema. Un ejemplo de una afección que se puede tratar de esta manera es la presencia de un pequeño orificio en las dos cámaras superiores del corazón (denominado foramen oval permeable). El cierre de este orificio puede reducir el riesgo de sufrir un segundo ACV isquémico en personas de entre 18 y 60 años de edad.

Si reconoce cualquier síntoma de un ACV, llame al 9-1-1 de inmediato.

Conozca las señales de alarma de complicaciones graves y trace un plan

El efecto secundario más frecuente del uso de diluyentes de la sangre para disminuir el riesgo de ACV es el sangrado. Esto ocurre si el medicamento diluye demasiado la sangre. Este efecto secundario puede poner en peligro su vida. El sangrado puede ocurrir en el interior del cuerpo o en la superficie de la piel.

Conozca las señales de alarma del sangrado para obtener ayuda de inmediato. Entre ellos, se encuentran:

  • sangre en la orina, sangre roja brillante en las heces o heces de color negro alquitrán
  • vómito rojo brillante o vómito que parece café molido
  • flujo menstrual más abundante
  • dolor en el abdomen o dolor intenso en la cabeza
  • sangrado sin motivo de las encías y de la nariz
  • hematomas (moretones) sin motivo o pequeños puntos rojos o violáceos en la piel

La fácil formación de hematomas o sangrado podría indicar que la sangre está muy diluida. Llame a su proveedor de atención médica de inmediato si tiene alguno de estos síntomas. Si tiene un sangrado intenso, llame al 9-1-1.

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