Fumar y su corazón Riesgos de fumar

---

Las sustancias químicas del humo del tabaco dañan las células sanguíneas. También pueden dañar el funcionamiento del corazón. Estos mismos químicos pueden dañar el funcionamiento de los vasos sanguíneos e incluso dañar su estructura. El humo del tabaco afecta el corazón y los vasos sanguíneos de muchas maneras.

• Contribuye a la  inflamación , lo que puede causar una mayor acumulación de placa en las arterias.
• Daña las paredes de los vasos sanguíneos, haciéndolas rígidas y menos elásticas, lo que causa que los vasos sanguíneos se estrechen.
• Altera los ritmos cardíacos normales.
• Aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, haciendo que el corazón trabaje más de lo normal.
• Reduce el colesterol HDL (“bueno”) y aumenta el colesterol LDL (“malo”). Fumar también eleva las concentraciones de triglicéridos. Los triglicéridos son un tipo de grasa que se encuentra en la sangre.
• Espesa la sangre y dificulta que la sangre transporte oxígeno.

Las sustancias químicas que respira al fumar dañan el corazón y los vasos sanguíneos, aumentando así la probabilidad de presentar aterosclerosis. Esto incrementa su riesgo de tener y morir a causa de una enfermedad cardíaca, insuficiencia cardíaca (en inglés), o un ataque cardíaco a largo plazo.

Se presenta aterosclerosis cuando se acumula una sustancia cerosa (placa) en las arterias. Con el tiempo, esa placa se endurece y estrecha estos vasos sanguíneos. Esto limita el flujo de sangre oxigenada a los órganos, entre ellos el corazón y otras partes del cuerpo.

Fumar es un factor de riesgo importante para la cardiopatía coronaria, una afección que se presenta cuando esa placa se acumula dentro de las arterias coronarias. Estas arterias suministran sangre oxigenada al músculo cardíaco, que la necesita para seguir funcionando correctamente.

La acumulación de placa también aumenta la probabilidad de que se formen coágulos de sangre en las arterias. Los coágulos de sangre pueden bloquear parcial o totalmente el flujo sanguíneo.

En resumen, fumar es un factor de riesgo importante para las enfermedades cardíacas. En comparación con los no fumadores, las personas que fuman tienen más probabilidad de sufrir enfermedades cardíacas o un ataque cardíaco.

Los riesgos de fumar también afectan sus factores de riesgo de otras maneras.

• Si ya tiene otros factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como concentraciones no saludables de colesterol en la sangre, presión arterial alta, y sobrepeso u obesidad, fumar aumenta su probabilidad de que la padezca.
• Si ya tiene una enfermedad cardíaca, su riesgo de sufrir un ataque cardíaco o de morir a causa de uno es aún mayor si también fuma.
• Si es una mujer que usa píldoras anticonceptivas o si tiene diabetes, fumar presenta un mayor riesgo de dañar el corazón y los vasos sanguíneos.

Dejar de fumar beneficia su corazón y sus vasos sanguíneos y reduce su riesgo de enfermedad cardíaca. Hay muchas estrategias que tienen como objetivo ayudarle a dejar de fumar y vivir una vida saludable para el corazón.

Se presenta arteriopatía periférica (EAP) cuando se acumula placa en las arterias que trasportan sangre a la cabeza, los órganos y las extremidades.

La EAP suele afectar las arterias que trasportan sangre a las piernas. El flujo sanguíneo bloqueado debido a la EAP en las arterias de los brazos y las piernas puede causar que sucedan varias cosas.

• Es posible que tenga calambres, dolor, debilidad y entumecimiento en los músculos de las caderas, los muslos y las pantorrillas si las arterias de las piernas están bloqueadas.
• Existe un mayor riesgo de infección en una extremidad afectada por una obstrucción sanguínea y su cuerpo puede tener dificultad para combatir la infección.
• También puede ocurrir gangrena o muerte del tejido en el área afectada. En casos muy graves, esto puede llevar a la necesidad de amputar o extirpar la extremidad afectada.

El fumar es un factor de riesgo importante para la arteriopatía periférica. Incluso fumar uno o dos cigarrillos al día puede interferir con los tratamientos de la EAP.

Las personas que fuman y las personas con diabetes tienen mayor riesgo de sufrir complicaciones de la EAP, incluida gangrena en la pierna debido a la disminución del flujo sanguíneo.

El humo de segunda mano es el humo que sale de la punta encendida de un cigarrillo, cigarro o pipa. También es el término para designar el humo que exhala alguien que fuma.

El humo de segunda mano contiene muchas de las mismas sustancias químicas nocivas que las personas inhalan cuando fuman. Puede dañar el corazón y los vasos sanguíneos de las personas que no fuman de la misma manera que fumar daña a las personas que sí lo hacen.

Para los adultos, el humo de segunda mano aumenta en gran medida el riesgo de sufrir un ataque cardíaco y morir.

Para los niños y adolescentes, el humo de segunda mano aumenta el riesgo de padecer cardiopatía coronaria en el futuro porque con el tiempo:

• Daña los tejidos del corazón
• Disminuye el Colesterol hdl
• Aumenta la presión arterial

Los riesgos del humo de segunda mano son especialmente altos para los bebés prematuros que tienen síndrome de dificultad respiratoria y los niños que padecen afecciones como el asma.